Oscar Rosero @endocrinorosero

17 de jul de 20236 min.

5 ESTRATEGIAS PARA COMER CARBOHIDRATOS REALES.

Si tienes problemas con el azúcar, como Diabetes Mellitus o resistencia a la insulina, es importante tener en cuenta que NO debes eliminar por completo los carbohidratos de tu alimentación.

Aunque es cierto que los carbohidratos pueden afectar tus niveles de azúcar en la sangre, no son necesariamente perjudiciales en todas las circunstancias.

En lugar de evitar completamente los carbohidratos, es recomendable adoptar un enfoque equilibrado y consciente de tu consumo de estos nutrientes.

Los carbohidratos son una fuente importante de energía para el cuerpo y pueden proporcionar nutrientes esenciales como fibra, vitaminas y minerales.

La clave está en elegir los carbohidratos adecuados y controlar las porciones.

Opta por carbohidratos complejos en lugar de carbohidratos simples. Los carbohidratos complejos se encuentran en alimentos como granos enteros, legumbres y verduras. Estos carbohidratos se descomponen más lentamente en el cuerpo, lo que ayuda a mantener niveles de azúcar en la sangre más estables.

Además, es importante controlar las porciones de carbohidratos que consumes en cada comida. Esto implica no exceder la cantidad recomendada y equilibrarla con otros nutrientes, como proteínas y grasas saludables.

Estos trucos te ayudaran a evitar subidas de glucosa:

1. Come primero los vegetales.

Una estrategia efectiva para controlar tus niveles de glucosa es seguir un orden específico al momento de comer:

Al comenzar tu comida con una porción generosa de vegetales frescos, como tomates, aguacates, berenjenas, espinacas y brócoli, estarás priorizando alimentos ricos en fibra, vitaminas y minerales. Estos vegetales, al ser consumidos primero, ayudarán a que la absorción de los carbohidratos sea más lenta y gradual en tu organismo.

La fibra presente en los vegetales desempeña un papel fundamental en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre, ya que retarda la digestión y la absorción de los carbohidratos. Al ralentizar este proceso, se evita una rápida liberación de glucosa, lo que a su vez previene los picos de azúcar en la sangre.

Después de haber incluido una variedad de vegetales en tu plato, es recomendable seguir con una porción de proteína magra. Esto puede incluir opciones como pollo, pescado, tofu u otras fuentes de proteína de calidad. La proteína también ayuda a mantener niveles estables de azúcar en la sangre, ya que su digestión es más lenta en comparación con los carbohidratos.

Finalmente, se recomienda reservar la porción de carbohidratos para el final de la comida. Al haber consumido previamente los vegetales y la proteína, se ha establecido una base nutricional sólida que contribuirá a una absorción más lenta de los carbohidratos. Esto significa que los carbohidratos, como granos enteros o alimentos ricos en almidón, se digerirán y absorberán de manera más gradual, evitando los aumentos bruscos de glucosa en la sangre.

Recuerda que esta estrategia de ordenamiento de alimentos puede ser útil, pero siempre es importante adaptarla a tus necesidades individuales y consultar con un profesional de la salud o un dietista registrado para obtener una orientación personalizada en relación a tu dieta y manejo de la glucosa.

2. Agrega siempre vinagre a tus vegetales.

Otro consejo útil para controlar la digestión de los carbohidratos es incorporar vinagre a tus vegetales, independientemente de si es vinagre de manzana u otro tipo de vinagre. El vinagre contiene ácido acético, que tiene la capacidad de ralentizar la digestión de los carbohidratos.

Cuando añades vinagre a tus vegetales, el ácido acético actúa como un inhibidor enzimático. Esto significa que interfiere con las enzimas responsables de descomponer los carbohidratos en azúcares simples durante la digestión. Como resultado, los carbohidratos se digieren más lentamente en el sistema digestivo.

Esta acción de ralentización de la digestión de los carbohidratos tiene un efecto beneficioso en los niveles de azúcar en la sangre. Al digerirse más lentamente, la liberación de glucosa al torrente sanguíneo también es más gradual, lo que ayuda a evitar picos y caídas abruptas en los niveles de azúcar.

Además, el vinagre también puede influir en la sensibilidad a la insulina. Algunos estudios sugieren que el consumo de vinagre puede mejorar la sensibilidad de las células a la insulina, lo que facilita un mejor control de los niveles de azúcar en la sangre.

Es importante tener en cuenta que no es necesario que el vinagre sea exclusivamente de manzana. Puedes utilizar diferentes variedades de vinagre, como el vinagre de vino tinto, vinagre balsámico o vinagre de arroz, según tus preferencias personales. La clave está en agregar una pequeña cantidad de vinagre a tus vegetales como aderezo, sin excederse para evitar un sabor abrumador.

3. Cocina menos tus carbohidratos.

Si deseas controlar la respuesta glucémica de tus carbohidratos favoritos, una estrategia a considerar es cocinarlos por menos tiempo. En general, optar por tiempos de cocción más cortos, como dejar la pasta al dente, puede ayudar a atenuar la respuesta glucémica.

Cuando los alimentos ricos en carbohidratos se cocinan durante períodos más cortos, conservan una mayor cantidad de almidón resistente. El almidón resistente es un tipo de carbohidrato que no se digiere completamente en el intestino delgado y, en cambio, pasa al colon, donde actúa como fibra fermentable. Al no ser completamente digerido, el almidón resistente tiene un efecto menor en los niveles de azúcar en la sangre.

Además, cocinar los carbohidratos por menos tiempo también puede ayudar a mantener una textura más firme y un mayor contenido de fibra. La fibra presente en los alimentos actúa como una barrera física para la digestión y absorción de los carbohidratos, lo que ralentiza su liberación en el torrente sanguíneo.

Es importante tener en cuenta que esta estrategia puede aplicarse a diferentes tipos de carbohidratos, como pastas, arroz, papas o granos. Sin embargo, cada alimento tiene características específicas, por lo que es útil seguir las instrucciones de cocción recomendadas y realizar pruebas para encontrar el punto óptimo de cocción que te brinde los resultados deseados.

Recuerda que, aunque cocinar los carbohidratos por menos tiempo puede ayudar a reducir la respuesta glucémica, es esencial considerar otros aspectos de una alimentación equilibrada, como la selección de carbohidratos de calidad, el equilibrio con proteínas y grasas saludables.

4. Puedes intentar volver los almidones resistentes.

Si estás interesado en aprovechar los beneficios de los almidones resistentes, existe una técnica que puedes probar: refrigerar los alimentos que los contienen durante unas horas después de cocinarlos. Luego, puedes volver a calentarlos cuando estés listo para consumirlos.

Cuando los alimentos ricos en almidón, como el arroz, las papas o las legumbres, se enfrían en el refrigerador, ocurre un proceso conocido como retrogradación del almidón. Durante este proceso, las moléculas de almidón se reorganizan y forman estructuras más complejas. Estas estructuras son más resistentes a la digestión en el intestino delgado y, por lo tanto, actúan como almidones resistentes.

Los almidones resistentes tienen beneficios similares a la fibra, ya que pasan al colon sin ser digeridos por completo. Allí, se convierten en alimento para las bacterias beneficiosas, promoviendo un ambiente saludable en el intestino y mejorando la función digestiva.

Al volver a calentar los alimentos refrigerados que contienen almidones resistentes, no se altera significativamente su contenido de almidón resistente. Por lo tanto, al consumirlos, aún podrás beneficiarte de sus propiedades.

Es importante tener en cuenta que no todos los alimentos ricos en almidón responden de la misma manera a la refrigeración. Algunos alimentos, como las papas y el arroz, son más propensos a formar almidones resistentes al enfriarse, mientras que otros pueden tener una respuesta más limitada.

Si decides probar esta técnica, asegúrate de almacenar los alimentos adecuadamente en el refrigerador y de calentarlos adecuadamente antes de consumirlos para garantizar la seguridad alimentaria.

4. Camina unos minutos luego de comer.

Un hábito saludable que puedes incorporar después de comer es dar un paseo corto. Caminar durante unos minutos después de una comida puede ser beneficioso, ya que ayuda a que tus músculos utilicen rápidamente parte de la glucosa que has ingerido.

Cuando realizas actividad física, como caminar, tus músculos requieren energía para moverse. Durante la digestión de los alimentos, los carbohidratos se descomponen en glucosa, que es la principal fuente de combustible para tus células. Al caminar después de comer, estás estimulando la actividad muscular, lo que a su vez ayuda a que tus músculos utilicen esa glucosa de manera más eficiente.

El ejercicio después de una comida puede mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que significa que tus células pueden utilizar mejor la glucosa y mantener niveles de azúcar en la sangre más estables. Además, la actividad física moderada puede ayudar a reducir los niveles de glucosa en la sangre, evitando picos o fluctuaciones bruscas.

No es necesario realizar una caminata larga o intensa. Incluso unos minutos de caminata suave pueden marcar la diferencia. Puedes optar por dar un paseo por el vecindario, caminar alrededor de tu oficina o simplemente moverte un poco en casa.

Recuerda que cada persona es diferente, por lo que es esencial trabajar en colaboración con un profesional de la salud para desarrollar un plan alimenticio que se ajuste a tus necesidades y condiciones específicas.

El enfoque adecuado hacia los carbohidratos te permitirá disfrutar de una alimentación saludable y equilibrada, incluso si tienes problemas relacionados con el azúcar.

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Oscar Rosero Olarte MD

Medicina Interna – Endocrinología

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