Oscar Rosero @endocrinorosero

20 de nov de 20233 min.

El Dulcemente mortal cambio

Aún muchos creen que el consumo de azúcar es necesario para la vida y que ha estado con nosotros desde siempre, hoy te voy a narrar la forma en que el consumo de azúcar llego a América.

En la época precolombina, las poblaciones en América mantenían una estrecha relación con la tierra y su abundancia natural. Sus paladares se deleitaban principalmente con los sabores intrínsecos de las frutas autóctonas, que eran apreciadas no solo por su sabor, sino también por su valor nutricional. Las frutas, ricas en azúcares naturales, proporcionaban a las comunidades una experiencia de dulzura ocasional, pero de manera equilibrada y armoniosa dentro de su alimentación.

Sin embargo, este equilibrio se vio abruptamente alterado con la llegada de la caña de azúcar a la región. Este intruso trajo consigo una dulzura intensa y concentrada que eclipsó la sutileza de los sabores naturales. La caña de azúcar no solo proporcionó un nuevo sabor, sino que también inauguró una era en la que la sacarosa, en forma de azúcar refinado, se convirtió en un componente central de la alimentación.

Este cambio fue más que una simple adición a la despensa; fue una transformación radical en la forma en que percibíamos y disfrutábamos la comida. Las frutas, una vez apreciadas por su dulzura natural, fueron relegadas a un segundo plano frente a la embriagadora dulzura del azúcar. Este cambio no solo afectó los hábitos alimenticios, sino que también marcó el inicio de una relación más compleja y, en muchos aspectos, perjudicial con el azúcar, que se extiende hasta los días actuales.

Esta transformación no solo ha afectado la diversidad gastronómica, sino que ha generado un cambio significativo en la forma en que las poblaciones en América se relacionan con la comida. La indulgencia en productos ricos en azúcar se ha convertido en una norma cultural, afectando la salud física y contribuyendo al aumento de enfermedades relacionadas con el estilo de vida.

La realidad actual nos enfrenta a desafíos de salud pública, ya que los altos niveles de consumo de azúcar se asocian con problemas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y otras enfermedades crónicas.

La voraz búsqueda de lo dulce ha desencadenado una verdadera epidemia de problemas de salud en nuestra sociedad contemporánea. La irresistible tentación de productos cargados de azúcares añadidos ha llevado a consecuencias perjudiciales para la salud, forjando un vínculo directo entre el consumo excesivo de azúcar y la creciente prevalencia de enfermedades crónicas.

Esta epidemia de problemas de salud, en su mayoría evitables, podría haber sido anticipada y contrarrestada con una conciencia más informada sobre los riesgos asociados con el consumo desmedido de azúcar. La falta de conocimiento sobre los efectos perjudiciales de este ingrediente ha contribuido al aumento alarmante de condiciones como la obesidad, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y otros trastornos metabólicos.

La sociedad moderna se encuentra en una encrucijada donde la indulgencia excesiva en productos azucarados se ha convertido en una norma aceptada. La publicidad y la disponibilidad masiva de alimentos altos en azúcar han alimentado esta epidemia silenciosa, y es crucial reconocer que la información y la educación son herramientas poderosas para revertir esta tendencia.

Con una conciencia más informada sobre los riesgos asociados, las personas pueden tomar decisiones alimenticias más saludables y adoptar un enfoque más equilibrado hacia el consumo de azúcar.

En última instancia, la lucha contra esta epidemia de salud pública requiere un cambio cultural hacia la comprensión y la moderación en el consumo de azúcar. La conciencia informada no solo protege la salud individual, sino que también contribuye a la formación de una sociedad más saludable y resistente a las enfermedades relacionadas con el consumo excesivo de azúcar.

Es crucial reflexionar sobre cómo la introducción del azúcar, aunque inicialmente celebrada por su capacidad para mejorar el sabor de los alimentos, ha evolucionado hacia una realidad en la que sus efectos perjudiciales para la salud están cada vez más presentes.

La diversidad gastronómica debería ser una celebración de opciones reales y equilibradas, en lugar de una rendición a la indulgencia excesiva en azúcares refinados que amenaza nuestro bienestar a largo plazo.

Ref.

Johnson RJ, Sánchez-Lozada LG, Andrews P, Lanaspa MA. Perspective: A Historical and Scientific Perspective of Sugar and Its Relation with Obesity and Diabetes. Adv Nutr. 2017;8(3):412-422.

https://www.cenicana.org/fechas-historicas-de-la-agroindustria-de-la-cana-en-colombia.

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