Oscar Rosero @endocrinorosero
20 de ago de 20233 min.
¡Hola a todos! Hoy, quiero compartirles un consejo increíble para sacar el máximo provecho de las almendras.
¡Preparémonos para mejorar nuestra digestión y absorción de nutrientes de una manera deliciosa y sencilla!
Hoy quiero hablarles sobre los beneficios de remojar las almendras. ¿Sabían que este sencillo paso puede marcar una gran diferencia en la forma en que nuestro cuerpo aprovecha todos esos nutrientes esenciales? Cuando sumergimos las almendras en agua, ocurren dos cosas bastante interesantes.
Remojar las almendras en agua y luego retirar la cáscara antes de consumirlas es un proceso que se utiliza para varios propósitos. Aquí hay algunas razones por las que algunas personas eligen realizar este proceso:
En primer lugar, la cáscara se ablanda, lo que facilita mucho el proceso de masticación. ¡Adiós a esos momentos incómodos de morder almendras duras!
Pero eso no es todo. Aquí viene la parte realmente interesante. Al remojar las almendras, también estamos activando enzimas naturales que actúan como pequeños ayudantes en nuestro sistema digestivo. Estas enzimas son como las llaves que desbloquean compuestos antinutrientes, como el ácido fítico y las enzimas inhibidoras, que pueden dificultar la absorción de nutrientes en nuestro cuerpo. Al suavizar estos compuestos antinutrientes, las almendras se vuelven mucho más fáciles de digerir.
Y ¿adivinen qué significa esto? ¡Exacto! Una mejor digestión significa una mayor absorción de todos esos nutrientes fantásticos que las almendras tienen para ofrecer. Desde proteínas hasta grasas saludables, pasando por vitaminas y minerales, estamos hablando de un pequeño cambio en nuestra rutina que puede marcar una gran diferencia en nuestra salud y bienestar general.
Textura y sabor: Al retirar la cáscara después de remojar las almendras, es posible que algunas personas encuentren que las almendras tienen una textura más suave y un sabor ligeramente diferente, que prefieren en comparación con las almendras con cáscara.
Alergias y sensibilidades: Algunas personas pueden tener sensibilidad a los compuestos presentes en la cáscara de las almendras, y el remojo seguido de la eliminación de la cáscara podría reducir los efectos negativos.
Así que aquí está mi recomendación personal: la próxima vez que se preparen para disfrutar de unas almendras como snack o como parte de una receta deliciosa, tómense un momento para remojarlas en agua. Puede ser durante la noche o simplemente unas horas antes. Verán y sentirán la diferencia. Su cuerpo les agradecerá por hacer que esos nutrientes sean aún más accesibles y fáciles de asimilar.
Si decides realizar este proceso, aquí hay un proceso general para remojar y pelar almendras:
1. Coloca las almendras crudas en un recipiente y cúbrelo con agua. Deja las almendras en remojo durante al menos 8 horas o durante la noche.
2. Después del remojo, la cáscara debería estar más suave y separarse con relativa facilidad. Presiona cada almendra entre tus dedos para que la cáscara se desprenda.
3. Escurre las almendras y enjuágalas bien con agua.
4. Luego, las almendras se pueden secar al aire o en un horno a baja temperatura antes de consumirlas o utilizarlas en recetas.
Es importante mencionar que el remojo y el pelado de las almendras no son necesarios para todos y que no todos experimentarán los mismos beneficios. Además, algunas personas simplemente disfrutan del proceso y del resultado final de almendras más suaves y ligeramente diferentes en sabor.
Recuerda que este proceso es opcional y que las almendras sin remojar y pelar aún son una fuente nutricionalmente rica de nutrientes como grasas saludables, proteínas y fibra.
Oscar Rosero Olarte
Medicina Interna Endocrinología