Oscar Rosero @endocrinorosero

feb 253 min.

La vitamina E: Un aliado fundamental en la lucha contra el hígado graso no alcohólico.

El hígado graso no alcohólico (NAFLD), también conocido bajo el término de enfermedad metabólica asociada al hígado (MASLD), representa una de las condiciones hepáticas más extendidas a nivel global, caracterizada por la acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas, independientemente del consumo de alcohol.

Esta afección afecta aproximadamente a uno de cada tres individuos, manifestándose inicialmente por la presencia de pequeñas cantidades de grasa en el hígado, lo que puede pasar desapercibido debido a la ausencia de síntomas evidentes en las fases tempranas.

A pesar de que el MASLD no suele ser dañino en su etapa inicial, su evolución hacia estados más avanzados puede tener consecuencias devastadoras, incluyendo la cirrosis, un daño hepático irreversible. Este trastorno se asocia frecuentemente con condiciones como el sobrepeso, la obesidad, la diabetes tipo 2, así como niveles elevados de colesterol y triglicéridos, reflejando el impacto negativo de los patrones dietéticos modernos y estilos de vida sedentarios.

El papel del estrés oxidativo en el desarrollo del MASLD, especialmente en sus formas más graves, pone de relieve la importancia de los antioxidantes en su prevención y manejo. Entre estos, la vitamina E destaca por su potencial protector. Investigaciones recientes, aprovechando los amplios datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2017-2020), han examinado cómo la ingesta de vitamina E, ya sea a través de la dieta o mediante suplementos, puede influir positivamente en la prevención de esta enfermedad. Los resultados son alentadores, mostrando una clara asociación protectora entre una mayor ingesta de vitamina E y una reducción significativa en el riesgo de desarrollar MASLD.

El análisis detallado de estos estudios indica que los adultos que se ubican en el cuartil superior de ingesta dietética de vitamina E presentan un 40% menos de probabilidades de padecer de MASLD. Similarmente, el uso de suplementos de vitamina E se vincula con una disminución del 34% en las probabilidades de esta afección. Estas estadísticas no solo subrayan la relevancia de la vitamina E como un componente dietético esencial para la salud hepática sino que también sugieren su inclusión estratégica en los regímenes de prevención y tratamiento del MASLD.

Además de su efecto preventivo, la vitamina E ha mostrado ser una herramienta valiosa en el tratamiento del MASLD. Diversos ensayos clínicos aleatorizados han revelado su capacidad para mitigar significativamente la inflamación y el daño hepático en pacientes diagnosticados con esta enfermedad. Sin embargo, es importante destacar que los beneficios de la vitamina E pueden variar según las características individuales, como la presencia o ausencia de diabetes y el índice de masa corporal (IMC), lo que implica la necesidad de enfoques personalizados en el tratamiento del MASLD.

Incorporar fuentes ricas en vitamina E en la dieta diaria es una estrategia práctica y efectiva para combatir el MASLD. Alimentos como el aceite de oliva, frutos secos y semillas, verduras de hoja verde, frutas selectas y pescados grasos no solo proporcionan este antioxidante esencial sino que también ofrecen un espectro amplio de nutrientes beneficiosos para la salud general.

En conclusión, la evidencia científica actual refuerza la importancia de la vitamina E, tanto en su forma dietética como suplementaria, en la prevención y manejo del hígado graso no alcohólico. Este hallazgo subraya la necesidad de fomentar hábitos alimenticios saludables y la consideración de suplementación en casos seleccionados, como parte de una estrategia integral para combatir esta enfermedad metabólica. Asimismo, enfatiza la urgencia de continuar investigando para desentrañar los mecanismos específicos a través de los cuales la vitamina E ejerce su efecto protector, optimizando así las intervenciones dirigidas a esta creciente amenaza para la salud pública.

Ref.

Qi, X., Guo, J., Li, Y. et al. Vitamin E intake is inversely associated with NAFLD measured by liver ultrasound transient elastography. Sci Rep 14, 2592 (2024).

 

 

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