Oscar Rosero @endocrinorosero

feb 42 min.

¿Por qué comemos alimentos que sabemos que son malos para nosotros?

En la lucha constante por adoptar hábitos alimenticios saludables, a menudo nos preguntamos por qué nos resulta tan difícil resistir la tentación de consumir alimentos ricos en grasas y azúcares, incluso cuando somos conscientes de sus efectos negativos para nuestra salud. La respuesta puede encontrarse en un intrincado sistema de comunicación entre nuestro intestino y cerebro, específicamente a través del nervio vago.

Recientes investigaciones lideradas por el científico De Lartigue y su equipo han revelado la conexión entre el nervio vago y nuestra predilección por grasas y azúcares. El nervio vago, responsable de enviar información sensorial interna desde el intestino hasta el cerebro, desempeña un papel crucial en la creación de antojos irresistibles. Al manipular directamente las neuronas de grasa y azúcar en el sistema nervioso vago de ratones, los investigadores descubrieron que ambas provocan la liberación de dopamina en el centro de recompensa del cerebro.

Lo más fascinante es la existencia de dos vías dedicadas en el nervio vago, una para las grasas y otra para los azúcares, que transmiten información sobre lo consumido al cerebro, preparando así el terreno para los antojos. Al estimular los nervios vagos intestinales con luz, los ratones buscaron activamente alimentos para activar estos circuitos, demostrando que las grasas y los azúcares son detectados por neuronas separadas, activando diferentes circuitos de recompensa y reforzando los antojos.

La combinación de grasa y azúcar resultó ser un impulso particularmente fuerte para el apetito en ratones, lo que podría explicar la obesidad inducida por la dieta en humanos. Los estudios sugieren que nuestros cerebros pueden estar programados para buscar estas combinaciones, incluso a pesar de nuestros esfuerzos conscientes por reducir su consumo. Las comunicaciones entre el intestino y el cerebro ocurren por debajo del nivel de conciencia, lo que significa que podríamos anhelar estos alimentos sin siquiera ser conscientes de ello.

Eso lo sabe muy bien la industria de los ultraprocesados desde hace varias décadas, es por eso que crean productos con combinaciones de grasa y azúcar que nunca encontraras en la naturaleza.

Más allá de la simple atracción por estos alimentos, el nervio vago también desempeña un papel en el aprendizaje y la memoria. Las comidas se convierten en eventos significativos para almacenar en la memoria, guiando estrategias de búsqueda y consumo más eficientes en el futuro.

En resumen, la interacción entre el nervio vago y la combinación de grasas y azúcares crea un "golpe doble al cerebro", desencadenando una liberación significativamente mayor de dopamina y llevando a comportamientos alimenticios que desafían nuestros esfuerzos por mantener una dieta saludable. Este descubrimiento arroja luz sobre los procesos subconscientes que influyen en nuestras elecciones alimenticias y destaca la complejidad de la relación entre nuestro cerebro y nuestro sistema digestivo.

¿Estás listo para tomar el control de tu relación con la comida? Únete a nosotros en esta búsqueda de una alimentación real. Comparte este conocimiento con tus seres queridos y descubre juntos cómo el entendimiento de nuestros propios procesos biológicos puede ser la clave para una vida más saludable y equilibrada. ¡La revolución comienza con cada elección que hacemos!

 

Ref.

McDougle M, de Araujo A, Singh A, et al. Separate gut-brain circuits for fat and sugar reinforcement combine to promote overeating. Cell Metab. Published online January 5, 2024. doi:10.1016/j.cmet.2023.12.014

 

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