Oscar Rosero @endocrinorosero

19 de mar de 20234 min.

¿Puede el consumo lácteos y la carne causar cáncer y esclerosis múltiple?

En nuestra dieta occidental, los productos lácteos y la carne de res son omnipresentes: la leche va con el café, el queso derretido con la pizza y la carne con el arroz.

Pero, ¿qué pasaría si los productos lácteos y la carne de res contuvieran un tipo de patógeno que podría infectarte de niño y desencadenar cáncer o esclerosis múltiple (EM) entre 40 y 70 años después?

Histórico:

Durante más de 100 años ha habido buena evidencia de que ciertos tipos de cáncer en los pollos tienen un origen infeccioso.

Las sospechas en este sentido surgieron 65 años antes para el cáncer humano, cuando Rigoni-Stern en Italia sugirió que la tasa extremadamente baja de cáncer de cuello uterino en monjas en comparación con las mujeres que tenían un mayor número de parejas sexuales era un mecanismo de transmisión sexual y, por lo tanto, a infecciones causadas por ello.

Desde mediados de las décadas de 1950 y 1960 hubo un "renacimiento" en el reconocimiento de las infecciones como causa de cáncer, principalmente debido al trabajo pionero de Rous y más tarde de Ludwik Gross sobre las causas infecciosas de leucemia y sarcoma en aves de corral y ratones.

Esto se anticipó parcialmente en el trabajo sobre la neurolinfomatosis de Marek en pollos y sobre los carcinomas de células renales relacionados con el herpesvirus en las ranas leopardo americanas.

Algunos investigadores consideran que hay buenas razones para creer que otros patógenos podrían causar inflamación crónica y, por lo tanto, provocar cáncer. Los datos epidemiológicos sugieren que los productos lácteos y cárnicos de vacas europeas (Bos taurus) son una fuente potencial. Esto se debe a que el cáncer de colon y el cáncer de mama comúnmente ocurren en lugares donde estos alimentos se consumen mucho (es decir, en América del Norte, Argentina, Europa y Australia). Por el contrario, la tasa es baja en la India, donde las vacas son veneradas como animales sagrados. También cabe destacar que las mujeres con intolerancia a la lactosa rara vez desarrollan cáncer de mama.

De hecho, los investigadores encontraron anillos de ADN monocatenario que se originaron en virus, a los que llamaron factores de carne y leche bovina (BMMF), en los intestinos de pacientes con cáncer de colon. Informaron: "Esta nueva clase de patógeno merece, al menos en nuestra opinión, convertirse en el foco del desarrollo del cáncer y otras enfermedades crónicas". También detectaron niveles elevados de radicales ácidos en estas áreas (es decir, estrés oxidativo), que es típico de la inflamación crónica.

Los factores BMMF (siglas en inglés para "Bovine Meat and Milk Factors") son proteínas que se encuentran naturalmente en la leche y la carne de vaca, y en algunos tipos de queso elaborados con leche de vaca.

Los BMMF son una familia de proteínas que incluyen la alfa-S1 caseína, beta-lactoglobulina, alfa-lactoalbúmina y otras proteínas relacionadas. Estas proteínas pueden desencadenar una respuesta alérgica en algunas personas, especialmente en aquellos que son alérgicos a la proteína de la leche de vaca.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los quesos contienen los mismos niveles de BMMF y que algunos tipos de queso, como los quesos madurados o fermentados, pueden tener niveles más bajos de estas proteínas debido a los procesos de elaboración que implican.

No hay evidencia científica que indique que los "Bovine Meat and Milk Factors" (BMMF) estén directamente relacionados con el cáncer. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que el consumo excesivo de carne roja y productos lácteos puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal y el cáncer de próstata.

Se ha especulado que esto podría deberse a la presencia de ciertas sustancias en la carne y los productos lácteos, como los ácidos grasos saturados, el hierro hemo y las hormonas de crecimiento bovino, que pueden afectar el equilibrio hormonal y la salud del colon.

Sin embargo, la relación entre la dieta y el cáncer es compleja y está influenciada por múltiples factores, como el estilo de vida, la genética, la edad y otros factores ambientales. Por lo tanto, es importante tener en cuenta que la investigación sobre este tema es continua y en evolución, y se necesitan más estudios para comprender mejor la relación entre la dieta y el cáncer.

En cuanto a la esclerosis múltiple, se ha especulado que la leche y los productos lácteos pueden estar relacionados con la aparición de esta enfermedad autoinmune debido a la presencia de ciertas proteínas y compuestos en la leche, como los Bovine Meat and Milk Factors (BMMF), pero no hay evidencia concluyente que respalde esta idea.

Es importante tener en cuenta que tanto el cáncer como la esclerosis múltiple son enfermedades multifactoriales y que su aparición y desarrollo están influenciados por una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Por lo tanto, siempre es importante seguir una dieta equilibrada y variada.

Conclusión:

  • El consumo intensivo de carnes rojas o productos lácteos se asocia con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer en parte debido a los "factores de carne y leche bovina" (BMMF) que contienen.

  • Se postula como factor etiológico de la esclerosis múltiple (EM) una doble infección por virus del herpes (especialmente el virus de Epstein-Barr) y factores de la leche y la carne bovina (BMMF).

  • La deficiencia de vitamina D3 se considera un factor de riesgo para la EM. Un posible mecanismo es la reactivación del virus de Epstein-Barr.

Hasta la fecha no hay indicación de suspender su consumo, solo de hacerlo con moderación y desde luego mantener los niveles de Vitamina D en rango adecuado.

Seguiré informando una vez tengamos más evidencia.

Ref.

https://www.springermedizin.de/content/pdfId/23911548/10.1007/s00761-022-01259-9

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